lunes, 3 de octubre de 2011

Orgullo y dignidad de un sindicalista indignado

Reproducimos carta de Leandro García Corredera, sindicalista de CC.OO:

"Yo también estoy indignado, como muchas personas que conozco.

Estoy indignado contra el capitalismo y contra la banca, contra la avaricia y la injusticia social, por la corrupción de algunos políticos, por el menosprecio de las políticas económicas y comportamientos empresariales que nos han conducido a 5 millones de parados y que mucha gente esté perdiendo su casa.
Pero también estoy indignada con los indignados que, desde el mes de mayo, me etiquetan, condenan, apartan, y tratan de equipararme al mismo nivel que un Maddoff, un Botín y el presidente del Fondo Monetario Internacional.
Soy sindicalista, milito en CCOO, y como yo más de un millón de compañeros. Llevo toda la vida en la indignación, movilizándome y luchando por un mundo más justo. No he pasado de nada y nada me ha dado igual.
Ahora se ha evidenciado un síntoma de descontento social, con un considerable apoyo mediático. Pero somos muchos los que, día a día, arrimamos el hombro para cambiar las cosas, tratando de mejorar la situación de los trabajadores en las empresas, exigiendo protección social para las personas que han perdido su puesto de trabajo, combatiendo y denunciando los abusos empresariales, las políticas económicas neoliberales que tratan de acabar con las conquistas sociales. Somos muchos y muchas los que trabajamos por la igualdad en todos sus ámbitos. Pero no es fácil ni el resultado es inmediato.
El sindicalismo ha convocado huelgas generales, haciendo frente a todo tipo de críticas, cuyo altavoz mediático ha buscado el desprestigio, el debilitamiento del movimiento sindical. Me he movilizado contra el decretazo de Aznar, contra la reforma laboral impuesta por este Gobierno y soy una de los que ha firmado la Iniciativa Legislativa Popular contra una norma que supone un abaratamiento del despido.
 Por eso, me indigno cuando alguien cuestiona e intenta descalificar mi labor y la de mis compañeros; por eso me duele que algunos portavoces del 15 M capitalicen “la verdad absoluta” y pretendan convocar una huelga general dentro de las empresas desde fuera de las empresas, al margen de los representantes, elegidos democráticamente, de los trabajadores. Me molesta que descalifiquen, de manera global, a todo el mundo, a políticos que desde hace tiempo vienen defendiendo lo mismo que ellos, a sindicatos que muchas veces han sido la única oposición a la apisonadora de los poderes económicos y financieros. Nuestro objetivo es defender los intereses de los trabajadores, pero no está en nuestra mano legislar y gobernar.
Estoy indignado porque ahora, según ellos, mi delito y el de tantos otros y otras, es que con esa lucha pequeña, al parecer estoy legitimando “el Sistema”. Parece ser que yo, y tantos otros como yo, legitimamos a los poderosos con nuestros actos, con nuestra participación ciudadana e, incluso, con nuestra ideología. Y sólo porque esta participación se apoya en lo colectivo y en la fuerza de la unión. Estoy indignado porque algunos han olvidado, que en esta lucha, no sobra nadie.
 Muchas propuestas del 15 M confluyen con las nuestras, otras probablemente no. Pero donde no coincidimos es en la percepción principal: sólo sumando es posible garantizar una democracia real.
Por todo esto, reivindico el orgullo de pertenecer a un sindicato que lucha por una sociedad más justa. Reivindico el orgullo de trabajar, día a día, a veces por causas denostadas, perdidas y silenciadas. El orgullo de defender lo cotidiano, lo que parece tan seguro y que, poco a poco, nos quieren quitar. El orgullo de hacerlo de manera gris, anónima, pero colectiva.
Reivindico orgullo y dignidad, para todos aquellos luchadores/as, cuyo nombre nunca entrará en la historia, pero sin los cuales nuestro mundo cotidiano sería mucho peor. Siento una profunda tristeza y un tremendo cabreo por tener que defenderme y justificar lo que hago, ante un movimiento que coincide con muchas de las cosas que defiendo.
Por eso, reivindico el ORGULLO y la DIGNIDAD de ser sindicalista.
Leandro García Corredera.
Trabajador asalariado desde los 14 años y sindicalista.

domingo, 2 de octubre de 2011

En el Reino Valcarciano

En el Reino Valcarciano se envuelven longanizas con billetes de quinientos euros, se desprecian los impuestos directos, no así los indirectos, porque los ricos son mayoría y los pobres se refrescan con la brisa de octubre de las noches valcarcianas, que son blancas como las noches bálticas y serenas como el crepúsculo en los bosques boreales.
El tiempo transcurre en el Reino Valcarciano como en los días de La caída de los dioses de la estepa de Ismail Kadaré. Tierra hermosa, agua, mar, vida, mientras se recrudecen las campañas contra el pensamiento divergente, se abomina de los premios nóbeles y se mira en el ombligo ajeno el origen de toda maldad e ineptitud, congénitas en los otros, inexistente en nosotros.
En el Reino Valcarciano la vida se desenvuelve como en las mejores novelas de ciencia ficción: la paloma blanca del replicante fenece en las manos de la cultura, Blade Runner se proyecta en los cines de Orión y los parques temáticos atraen buitres a los futuros bosques, rápidos y estrellas dóricas de los alrededores de Alhama. ¿Alguien ha indagado la semejanza temática entre la novela decimonónica española y rusa?. Seguro que sí, pero nuestros valcarcianos no leen literatura, solo los apuntes de sus cuentas corrientes. Es triste como la tristeza de un incendio reflejado en la cara heroica de la luna declinante.
Valcarcius I Rex nos gobierna con una guitarra española. De madrugada, canta a las nubes blancas que cruzan el cielo y observa perplejo los láseres de las zonas de fiesta. En derredor, los poetas escriben odas, sonetos, versos de rima libre, se acuestan a altas horas de la madrugada, hablan en los consejos de gobierno, beben y sonríen al rey. Toda la poesía del país de los últimos 16 años puede leerse en el Boletín Oficial del gobierno valcarciano. Es mala, malsonante, sin ritmo, sin colorido: hangares desiertos, ciudades vacías en mitad de la nada o paralizadas a medio construir, proyectos futuristas, incendios, cuervos alrededor, serpientes, tortugas abrasadas, cloacas, dinero enterrado…
Nuestra felicidad en el Reino Valcarciano es relativa. Somos y no somos, reímos y lloramos al unísono, observamos en los demás la perfidia de la insolidaridad pero obviamos la nuestra propia, leemos Escuela de Mandarines y miramos para otro lado, reflexionamos sobre el caciquismo de la Restauración e intuimos los rostros de sus beneficiarios en la Corte Valcarciana, sabemos que vivimos en el desastre permanente pero minimizamos y somos felices, somos un pueblo de súbditos felices gracias a Él, a nuestro eterno Rex

lunes, 26 de septiembre de 2011

Ahora

Si alguna vez creímos que la libertad modelaba nuestras creencias, nuestra forma de vida, nuestros contornos solidarios y, quizá, nuestra forma de amar y relacionarnos con los nuestros, estábamos equivocados. Vivimos una era extraña en la que las certidumbres que nos han alimentado se han esfumado en el éter de los mercados y ahora, mientras observamos los paisajes, los que la declinante naturaleza nos muestra para que nos regocijemos y los que la sociedad, o la parte de ésta que nos controla y manipula, ha desteñido con sus ladrillos, sus pvc,s, sus vistas a un mar de plástico y basura cosmopolita, solo somos marionetas accionadas por las declinaciones del dólar o del euro.
Si alguna vez pensamos que teníamos un mínimo control sobre nuestras vidas y sobre la parte de la sociedad en la que nos movemos y nos relacionamos, los primeros años del Siglo XXI han sido la tumba de nuestras ilusiones individuales y colectivas de autonomía decisoria. Por encima de todo, el sufragio universal se ha teñido con el color de la duda, que suele ser negro o de una gama inconcreta de grises. El contrato social que, se supone, crea las democracias contemporáneas, la idea de que cada una de nosotras- o nosotros- puede, mediante la participación activa o pasiva en la res publica, participar en la construcción económica, cultural y/o ideológica de las sociedades posibles ha resultado errada. Es el dinero, es el poder que éste otorga, el verdadero ingeniero social que hace, deshace y controla las voluntades individuales y colectivas manifestadas mediante el voto y la urna.
Si alguna vez nos hemos ilusionado con unas elecciones generales, por los cambios que éstas podrían traernos, con la alternancia ideológica en la construcción de las sociedades posibles, debemos gritar, con todo nuestro silencio impuesto por los grandes medios de comunicación, que el 20 de noviembre llega con el desencanto absoluto. No creer es no amar, no creer es no votar porque las ilusiones ya no existen, tampoco la fortaleza para entrar en un colegio electoral, mirar a los ojos de los apoderados e interventores y decirles que son unos farsantes, que el voto ya no es democrático porque representa intereses espurios, porque no deja de ser una mentira de los ingenieros sociales y sus patronos, los poseedores de la riqueza mundial.
Si alguna vez hemos tenido el pálpito de no votar, a pesar de las palabras anteriores, nos hemos armado de valor cívico y hemos gritado al mundo que nos rodeaba, a toda esa gente que te rodeaba y que no pensaba como tú, que no sentía como tú, que llegaba al colegio electoral con certezas absolutas sobre los supuestos “suyos” y sobre la iniquidad de los contrarios, que somos como los salmones que remontan los ríos, contracorriente. Buscamos la razón de la existencia en los cuerpos celestes, creemos en la armonía social, creemos en la solidaridad con todas las personas, creemos en las sociedades laicas, en las escuelas públicas, en los hospitales y servicios sociales públicos, en las lecturas de poetas, escritores, soñadores comprometidos, en la vida, en las sociedades abiertas y en las relaciones sociales libres, sin condiciones económicas impositoras.
Allí estaremos, el 20 de noviembre.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Las Comisiones Obreras

A las cinco de la mañana el autobús partió de La Fica. El calor de los días de septiembre no se había disipado en toda la madrugada y los rostros de los compañeros y compañeras reflejaban el sueño perdido de la noche, las pocas horas dormidas o la vela entre película y lecturas de Kadaré, Ginsberg. Grandes, Cercas, Mondéjar, Grossman, los escritos de la cárcel de Marcelino Camacho- todo lo que da vida y ganas de amar, disfrutar y luchar-. También  partieron autobuses desde Cartagena, el Altiplano, Lorca, el Noroeste, gentes de izquierda, comprometidas, ilusionadas por un mundo mejor, desprovisto de las fuerzas ciegamente oligárquicas que maldicen la vida serena, el trabajo decente, la creencia en un mundo justo. Partieron autobuses de todos las tierras y gentes de nuestro país, de todas las nacionalidades y regiones, enarbolando banderas de CC.OO, republicanas, ikurrinas, senyeras, andaluzas, extremeñas… todas con las siglas del sindicato, todas con el halo de la solidaridad y la lucha de la clase trabajadora.
Cruzamos las primeras tierras manchegas de noche. Cerca de Honrubia, el sol emergente comenzó a iluminar las vastas planicies de la Cuenca Manchega. Era un sol pequeño, rojizo, que se abría paso entre la bruma de la mañana y los campos amarillos de los cereales cosechados. Dejamos a la izquierda Castillo de Garcimuñoz. Un compañero dijo que en el castillo que se levantaba en el horizonte, en lo alto de una colina ocre, fue herido de muerte Jorge Manrique, falleciendo poco después en Santa María de Campo de Rus. Pensamos en el alma dormida, en el “recuerda” con el que nos llamaban nuestras madres para ir al colegio, al instituto, incluso al trabajo. Cerca de Saelices intuimos los restos romanos de Segóbriga y observamos a la derecha los imponentes muros del monasterio de Uclés, en donde se rodó parte del Capitán Alatriste y que fue cárcel, lugar de tortura y cementerio de compañeros y compañeras republicanas en los terribles años cuarenta del Siglo XX. Más allá de Tarancón, dejamos atrás Fuentidueña del Tajo, escenario de la mítica The Spanish Earth de Joris Ivens, narrada por Ernest Hemingway y rodada en 1937. Homenaje a la lucha del pueblo español, a las Brigadas Internacionales, a la dignidad y a la vida misma.
Entramos en el Madrid alonsiano del “millón de cadáveres” de “Hijos de la Ira”, entramos en el Madrid glorioso del “no pasarán”. Ya cerca de la plaza de toros de Vistalegre, la multitud invadía las calles, escuchándose conversaciones en catalán, en gallego, en Euskara, en el castellano diverso de Andalucía, Extremadura, las castillas, Canarias…y las banderas flameaban al aire, banderas territoriales, banderas republicanas, todas con las siglas de CC.OO, todas usadas en mil batallas, en manifestaciones, en concentraciones, en actos de afirmación obrerista.
20.000 almas en el graderío circular de la Plaza de Vistalegre nos inflamamos con la lucha del pueblo palestino, con la solidaridad de las Comisiones Obreras verbalizada por Toxo. Alguien, a nuestro lado, exclamó que los palestinos llevaban cuatro mil años en su tierra; un niño, mientras ondeaba la bandera de CC.OO y la republicana, mencionó el holocausto del pueblo judío y su incomprensión ante lo que estaba haciendo Israel desde mediados de los cuarenta del siglo fenecido. Antes de que hablara Toxo, cantó Aute y su “Al alba” inflamó el Palacio con una voz desgarrada, cansada pero luchadora y convencida de la causa de la clase trabajadora.
Ce Ce O O, sindicato trabajador”, “Ce Ce O O, sindicato trabajador” bramaron al unísono 20.000 voces luchadoras. Toxo habló mucho, se solidarizó con la lucha de los sindicatos de la Guardia Civil , de la Policía Nacional (SUP), de los militares, mencionó a los compañeros de la UGT y la necesidad de fortalecer la unidad sindical ante un futuro sombrío al que no tenemos miedo porque lo vamos a combatir con todas nuestras armas…fue un acto de lucha y de autoafirmación de la clase trabajadora a la que pertenecemos y de la que nos sentimos orgullosos por su historia, por su significado, por la herencia irrenunciable de una sociedad igualitaria, justa y radicalmente libre. Por allí estuvieron Antonio Gutiérrez (silbidos), Santiago Carrillo (ovación cerrada), Josefina Samper (emoción contenida), Saborido, Ariza, Cayo Lara…la solidaridad de muchas organizaciones a las que nos sentimos unidos por lazos de comunión de ideales.
Alli estuvo “Ce Ce O O, sindicato trabajador”, la historia de una parte importante de la lucha antifranquista pero también la fuerza de un sindicato, y de una clase trabajadora, que no tiene miedo a los embates de los reaccionarios, ahora llamados mercado, de los oligarcas nacionales e internacionales que quieren acabar con el estado del bienestar y con la solidaridad internacionalista de la clase trabajadora. Allí hablaron luchadores de la educación, con la camiseta verde, en defensa de la escuela pública y laica; mujeres del campo de Murcia, hijos e hijas de nuestra historia, la historia de la emancipación de la gente frente a los poderosamente egoístas; allí ondearon las banderas de la unidad en la diversidad.
Sonó la internacional, el puño en alto, la emoción en todos los poros de la piel.
Regresamos a Murcia cansados pero orgullosos de haber participado en un acto de autoafirmación sindical, de demostración real de la fuerza que los medios de comunicación y los poderes económicos y políticos nos niegan mientras preparan la liquidación de las conquistas de siglos de lucha.
Allí estábamos las Comisiones Obreras.

jueves, 26 de mayo de 2011

Somos el futuro

Indignados, indignación…somos poemas con alas que se posan en los telares del Siglo XXI, con las palmas de las manos acogiendo los retazos del cielo que todavía brillan en azul intenso y nos guían entre las tinieblas del mercado universal. Miramos nuestras manos, las acariciamos con la voz, con la mirada alegre, con el susurro de las hojas que se agitan entre las tiendas de los campamentos, y las vemos llenas de bondad humana, de ideas que convergen en un mundo mejor, distinto, alejado del egoísmo que, se dice, es el motor del progreso de las sociedades.

Nos llaman nazis, un señor de Murcia así nos ha tildado, nos insultan por ocupar las plazas de las ciudades transmutadas en nuevos y distintas ágoras griegas, bajo el sol mediterráneo. Las olas de la civilización besan con su blanca loza los parterres de los jardines, los adoquines y las estatuas de los espacios públicos, esos que siempre han sido nuestros y a los que ahora se les quiere despojar de su carácter de lugar de encuentro, de debate, de confrontación de ideas, de simbiosis de corazones y pensamientos. Nazis por debatir, por compartir, por amar, por odiar lo inhumano, aquello que nos hace esclavos : nazis por elaborar libros en lugar de quemarlos, por crecer como una rama cuajada de sueños en el árbol mal podado de la historia.

Somos gente con nuevos valores, dispuesta a crecer y florecer en el olmo de las ideas, a impedir con nuestra movilización permanente que ningún poder –económico, social, gremial- nos entierre en el arroyo del olvido, porque crecemos, y creceremos, y en el estío seremos el árbol de la vida, cuajado de frutos hermosos y de flores que germinarán en briosas ideas de sociedades distintas.
Somos los indignados, el movimiento 15-M, la poesía de métrica libre, los cavadores que buscan las raíces de la realidad en un mundo perdido que nunca fue nuestro porque nos lo arrebataron.
Somos el futuro.

jueves, 19 de mayo de 2011

Campamentos por todo el país...

Parece que en el corazón de la máquina, de los engranajes que siempre funcionaron a la perfección, está creciendo hierba, y color y pensamiento. Vivíamos adormecidos en un mundo que nos ofrecía un paraíso cambiante pero siempre con los mejores frutos que pudiera proporcionar la ciencia. Pero ahora sabemos que las personas que habitamos las tierras del planeta, tierras de América, de Asia, de Oceanía, de África, de Europa…somos marionetas manejadas a su antojo por los mercados, por los especuladores y por gentes que discriminan los derechos, que todos y todas adquirimos por el mero hecho de nacer, en aras del poder económico, también social.
Vivimos en una sociedad mediatizada por los partidos políticos, el voto obligado éticamente cada cuatro años, la soberbia de unos personajes que se consideran más inteligentes, mejores en definitiva, que el resto de los ciudadanos por el hecho de haber sabido (picardía, apoyos familiares…) aparecer en los primeros puestos de cualquier lista electoral. Y han inventado el mito del coste excesivo de métodos directos de ejercer la democracia: el referéndum, por ejemplo, al tiempo que nos niegan capacidad para discernir, y por tanto votar, sobre diversas formas de organización social y económica que pudiéramos plantear.
Está todo atado y bien atado. Dos partidos políticos que se reparten el poder político y territorial a lomos de una ley electoral discriminatoria para opciones filosóficas, políticas, de transformación social. Con esta ley siempre serán los amos de país en unos momentos en los que los amos deben ser borrados de la faz del lenguaje y sustituidos por ciudadanos iguales que se unen para mejorar tanto desaguisado.
Debemos seguir creciendo, abriendo campamentos en todas las ciudades importantes, demostrando que la ética de la gente desprecia esa otra ética de la mentira política, las cloacas y la fontanería. Esto no puede quedar en nada: debemos empujar a las organizaciones que defienden sinceramente una democracia directa, una sociedad articulada sobre la educación, la sanidad, los servicios sociales públicos, que no castigue al necesitado y sí lo convierta en el centro de nuestras aspiraciones.
Todos y todas a la calle, a los campamentos, a la Glorieta de España, a la Plaza del Sol, a todos los espacios urbanos que nos pertenecen como ciudadanos y como personas que buscamos la felicidad en la sonrisa de un niño, y de un anciano, en nuestra propia sonrisa

martes, 1 de marzo de 2011

paralelismos

Noticia del diario Público:



"En Wisconsin se juega en estos momentos el futuro de los sindicatos (unions, en inglés) en Estados Unidos. Una batalla sin precedentes tiene lugar entre los representantes sindicales de los funcionarios y el gobernador del Estado, el republicano Scott Walker, para mantener los derechos de la negociación colectiva, una batalla con repercusiones en todo el país, especialmente en los otros estados al borde de la quiebra.
 Desde hace dos semanas, Madison, la capital de un Wisconsin que normalmente da bastante poco de qué hablar, es el escenario de una auténtica revolución. Los empleados públicos han tomado el Capitolio local, sus 14 congresistas demócratas han huido al vecino Illinois para evitar una votación, las manifestaciones han paralizado la ciudad y las escuelas están cerradas porque no hay profesores. Entre 70.000 y 100.000 personas volvieron a protestar el pasado sábado. Algunos han llegado incluso a comparar Wisconsin con las manifestaciones en Egipto, poniendo a Walker en el papel de Mubarak.

Los funcionarios protestan por una ley del gobernador que recortaría sus salarios, les haría pagar el 12% de su seguro médico y la mitad de su plan de pensiones y, sobre todo, eliminaría su derecho a llevar a cabo cualquier negociación colectiva que no fuera estrictamente salarial. Aseguran que el argumento de Walker paliar el déficit estatal de 360.000 millones de dólares es una excusa para acabar con los sindicatos.

Wisconsin es un estado clave en muchos aspectos. Simbólico por ser el primero en otorgar la negociación colectiva a sus funcionarios en 1959 (una veintena de estados, los llamados right-to-work states, lo siguen prohibiendo); económico porque su déficit ilustra la bancarrota de los estados que se enfrentan a agujeros colosales (California, 254.000 millones de dólares; Texas, 134.000 millones, Illinois 150.000 millones, Nueva York 9.000 millones) y político al ser uno de los estados que apoyó a Barack Obama desde el principio. Los sindicatos siguen siendo uno de los pilares del partido demócrata.

"Lo que pasa en Wisconsin no sólo tiene que ver con el presupuesto", decía recientemente el columnista de The New York Times y Premio Nobel de Economía Paul Krugman. "Es una batalla de poder. El señor Walker y sus partidarios quieren convertir Wisconsin y posteriormente Estados Unidos en una oligarquía del tercer mundo".

Richard Trumka, presidente de AFL-CIO, la mayor federación de sindicatos del país, ha denunciado que los argumentos de Walker han ido "cambiando" para justificar su plan y que este "no tiene nada que ver con la crisis de presupuesto".

De momento nadie cede. El gobernador ha amenazado con despidos masivos. El pasado viernes forzó una votación de sus medidas en la Cámara Baja, que no puede seguir aprobando en el senado por falta de quorum. Los sindicatos están pensando, en caso de que Walker se salga con la suya, convocar una huelga general, iniciativa sin precedentes.

Walker se ha convertido en el abanderado de la causa ultra conservadora. The New York Times revelaba hace unos días que los hermanos multimillonarios Charles y David Koch, que financian el movimiento Tea Party desde su plataforma ultra American For Prosperity, contribuyeron a la campaña de Walker. También se ha convertido en el hazmerreír de los progresistas después de que un bloguero se hiciera pasar por uno de los hermanos Koch y ridiculizara al gobernador por teléfono, sobre todo cuando reconoció que no tenía ninguna intención de negociar y comparó su lucha a la de Ronald Reagan en 1981 cuando desmanteló los sindicatos de controladores aéreos, "la primera grieta en el muro del comunismo".

En Ohio, Indiana, zonas del antiguo cinturón industrial (Rust Belt), en Iowa y Michigan, estados con nuevas mayorías republicanas, salidas de las legislativas del pasado noviembre, los gobernadores conservadores intentan emular a Walker. En Nueva Jersey, el gobernador Chris Christie, una de las figuras más populares del partido, también dejó entender la semana pasada, al presentar su presupuesto, que podría recortar las pensiones y seguros de los funcionarios en la "nueva normalidad" que ha creado la crisis financiera.

Aunque en Estados Unidos el funcionariado nunca ha gozado de gran popularidad, un reciente sondeo de Gallup aseguraba que el 61% de los estadounidenses estaba a favor de mantener los privilegios de la negociación colectiva.

Obama ha denunciado el "ataque contra los sindicatos" del gobernador de Wisconsin pero, enzarzado en su propia batalla con los republicanos para que voten una ampliación del presupuesto federal antes del 4 de marzo, ha preferido no inmiscuirse demasiado."
 

viernes, 18 de febrero de 2011

A veces la memoria histórica es necesaria...


No sé la razón, pero viendo los ataques furibundos de personas anónimas, y de algún sindicato conservador, en los diarios La Verdad y La Opinión de Murcia, he recordado la matanza de los abogados laboralistas perpetrada el 24 de enero de 1977. Parece que hay gente que ya no cree en nada o que creen que los culpables de todo son los sindicatos y los representantes de los trabajadores y de las trabajadoras. 

Se puede criticar la situación actual del sindicalismo español pero nunca su necesidad y las razones de su existencia. 

Desde aquí quiero recordar a Luis Javier Benavides, Serafín Holgado, Ángel Rodríguez, Javier Sauquillo y Enrique Valdevira, asesinados hace 34 años por defender los derecho de los trabajadores y de las trabajadoras frente a cierta gentuza que maldecía el sindicalismo de clase y su derecho a existir. Como ahora, como siempre, habrá lobos con piel de cordero vendiéndonos sus productos adulterados. No los compréis, por el bien de nuestros hijos. 

¡Por la educación pública!, ¡por la sanidad pública!, ¡por los servicios sociales públicos!

¡¡¡ DIGNIDAD Y RESISTENCIA !!!

jueves, 17 de febrero de 2011

¿Qué fue de Resistencia Los Cantos...?


Hace días que estoy preocupado por el blog “Resistencia en Los Cantos”, sobre todo por su inactividad. Hoy, jueves 17 de febrero, he comprobado que el blog ya no existe. No sé los motivos de la desaparición: desidia, consecución de los objetivos, presiones…Durante bastante tiempo ha sido una antorcha en el desierto de la noche murciana. Me gustaría saber si su autor o autores la han clausurado porque creen que el preacuerdo firmado por ANPE, CSIF, SIDI, SATSE Y CESM es suficiente o por otros motivos.


¿Alguien sabe algo?.


La fotografía corresponde a una de las entradas en las que se polemizó con FEREMUR

martes, 15 de febrero de 2011

Faltan figuras en el paisaje...

Hace años de eso pero todavía lo recuerdo. Faltan figuras en el paisaje, seres queridos que nos dejaron y que ahora nos miran desde una ventana del corazón. En la oscuridad de la noche se percibían nítidamente las líneas recortadas de las cimas de la sierra e imaginábamos encima de nuestras cabezas el tímido resplandor de las estrellas de agosto. A nuestra espalda, las luces de la ciudad formaban un vívido retrato de la civilización actual, derroche, ostentación y sueños de riqueza infinita, material y acaso también espiritual. A la derecha, observamos un elemento nuevo en el espejo del paisaje, en lo alto del edificio principal del Hospital Virgen de La Arrixaca, un objeto rojo, brillante, el escudo de la Región de Murcia que unos operarios habían colocado como símbolo de posesión, recién transferidas las competencias de sanidad.

La noche era calurosa, como cualquier noche del estío murciano pero aquel escudo, aquella antorcha luminosa en las faldas de la sierra observada por primera vez nos hacía albergar la esperanza de una mejor sanidad pública, como en otras ocasiones también nos ilusionamos con la educación o con los servicios sociales transferidos.

¡Qué terrible error!, ¡vanas ilusiones alejadas por el siroco de la mediocre realidad!.

Años después, recién entrenado 2011, nos sentimos perdidos en el erial de nuestras propias ilusiones, atrapados por el peso de la gramática de la impotencia y de la frustración. Han barrido con todas nuestras esperanzas, nos han arruinado, han ensuciado con la codicia y la mediocridad esta hermosa tierra de luces brillantes y acogedoras, de mares bruñidos por el sol.

La sanidad pública arruinada, la enseñanza también y los servicios sociales a la cola del país, censurados por la Oficina del Defensor del Pueblo. Los pilares del estado del bienestar apenas mantienen un esqueleto de hierros, y mentiras, retorcidos.
No es necesario decir sus nombres, todos los conocemos.

Hace unos segundos hemos recibido el siguiente SMS:

“Miércoles a las 16,30h concentración ante la Asamblea Regional en Cartagena, contra el tijeretazo. Acude. Dignidad y Resistencia”.

Es un buen lugar para estar. Nosotras lo haremos.

Os dejo el video “El Hundimiento de Murcia”

domingo, 13 de febrero de 2011

Enseñándonos las fauces...

Han ido a por nosotros enseñándonos sus fauces. Y no hemos visto nada bueno, solo oscuridad y engaño. La historia de nuestra tierra es la crónica del olvido. Hemos enterrado la verdad, y con ella a los hombres y mujeres de valía que alguna vez fueron los heterodoxos condenados al destierro y el oprobio. Gente que habló en voz alta, que luchó, que murió o que se marchó con una maleta y la mirada perdida en un paisaje de sombras compactas y luces deslumbrantes.
¿Y con qué nos hemos quedado?: con curas, monjas, poetas que versaban más acá de la cuenta, escritores olvidados, padres de ilustres, Valcárceles, barracas, jotas y otras mendicidades. Mediocridad, provincianismo y aburrimiento. Ni siquiera Ramón Gaya es hijo de esta tierra, ni Mariano Ruiz Funes, ni Carmen Conde, ni Antonio Oliver, ni tan siquiera nuestro Vicente Medina…y cuando una lee La Verdad o La Opinión de Murcia se le cae el alma al suelo porque entre nuestras eminencias sobresale Carlos Valcárcel (y su mujer que era sus bastón como nos dice un antiguo senador socialista dedicado a recordar banalidades).
Perdimos alguna vez la capacidad, o el poder, de recordar, de inscribir en el frontispicio de nuestro horizonte vital las vidas de otros murcianos y murcianas que fueron parte del mundo, que bebieron de las fuentes de la tolerancia y de la libertad, y solo quedaron los nombres de la servidumbre, de sus amos, de las gentes que nos negaron una y mil veces la condición de seres humanos. Cuando miramos para atrás, y cruzamos los lindes del siglo, vemos una estepa yerma, sin luces, sin árboles frondosos que pudieran cobijar bajo su fresca sombra los latidos de la verdad. Ellos siempre fueron los amos, escribieron la historia y segaron el recuerdo de las gentes que pudieron ser nuestros referentes, humana y espiritualmente.
Es difícil vivir en una tierra que borró la memoria de sus hijos e hijas, de todas aquellas personas díscolas que quisieron cambiar la realidad y que se estrellaron con el poder caciquil de los señores del país. Gentes que vivieron muchos años silenciadas, señaladas, olvidadas, desarraigadas de la memoria colectiva, y a las que, con la democracia, se les dio migajas en forma de rótulos de calles, nombres de algunos (escasos) institutos y museos aislados, mientras su pensamiento, su obra, su arte era obviado.
Y ahora, con la crisis, con el despertar colectivo que ha supuesto saber que volvemos a estar en la ruina porque los mismos caciques de siempre han vuelto a enriquecerse a nuestra costa, mientras se rasgan las vestiduras porque algunos y algunas nos atrevemos a cuestionar sus ladrillazos y tijeretazos, sería bueno, sería decente, volver la mirada y recordar que no todo el pensamiento, la literatura, el arte de nuestra tierra estuvo siempre en manos de la mediocridad y el dominio indecente. Tuvimos liberales, tuvimos gente abierta a una cultura cosmopolita, tuvimos personas a las que se las quiere enterrar en el valle del olvido porque son ejemplo palpable de que una vida distinta y más libre es posible en estas tierras mediterráneas, en estos paisajes murcianos anegados por la intolerancia de unos pocos.

viernes, 11 de febrero de 2011

¡Compañeros/as: resistencia y dignidad!

Somos un pueblo derrotado, o tal vez la derrota ha transitado demasiadas veces por nuestras vidas. Pero ahora he comprendido que somos también un pueblo de sindicatos derrotados, que solo transitan por los trillados caminos de sus intereses. El particularismo lleva al egoísmo pretendidamente colectivo, y éste, recorrido natural de la pobreza moral, al egoísmo del individuo solo, que busca reconocimiento, alabanza de su ingenio y sabiduría, poder en definitiva. Lo he visto en los responsables del ANPE, de la CSIF, del SATSE, por descontado del Sindicato Médico, esa gente que quiere retornar a las relaciones gremiales del Medievo, donde ellos ocuparían la cúspide de los habitantes del burgo.

Murcia es país triste, siempre lo fue. Hogar de caciques y de sus servidores. Las mismas familias a lo largo de los siglos…la misma mediocridad reproduciéndose en un paisaje hermoso, luminoso pero mezquino. Mientras, la gente emigrando, buscando nuevos horizontes, en el exilio, escribiendo poesía en tierras lejanas, añorando los territorios de su infancia pero despreciando las figuras humanas que los habitan. Tierra de caciques y tierra de servidores que se pliegan a la voz de sus amos, llámense sindicalistas o siervos de la gleba.

Los sindicatos lo forman las personas, sin duda. Tengo amigos en la CSIF, en ANPE, en el SATSE… personas sensatas que defienden ideas sensatas pero ocurre, debe ser ley de vida, que sus dirigentes se decantan en los ganga política, son aprendices de amos, de nuevos ricos, de añorantes del poder. Y entonces todo fluye, y la dignidad deviene en sumisión, y la sumisión en deseos de someter a sus iguales, perteneciendo, subordinados ellos, a las partes innobles de sus amos. Pensar que el sindicalismo es también una forma de mercado no está demasiado alejado de la triste realidad. Pensar que las leyes salvajes del mercado, y de las relaciones sociales y de poder que éstas generan, deben ser también señas de identidad de los sindicatos es desconocer lo que quieren sus afiliados, los profesionales de la educación, de la sanidad, del apoyo administrativo. Me temo que algo de esto ha debido ocurrir cuando cuatro sindicatos, sus representantes, han bajado la testuz y han jurado sumisión al señor presidente de la comunidad. ¿A cambio de qué?. Nunca lo dirán pero no es difícil intuirlo.

Miles de empleados públicos interinos, sanitarios y docentes fundamentalmente, han sido sacrificados en la pira de los intereses políticos, bastardos por definición. Cesarán y no volverán a ser contratados. El lenguaje encierra engaños y el que lo domina es poderoso. ¿35 horas asistenciales?. ¡Qué descubrimiento en el bosque del idioma español!.

La CSIF, el SATSE, el ANPE, el CESM, barro en las estepas de la decencia, han pactado la ruptura de la unidad sindical al toque de trompeta del poder, pero sobre todo han traicionado la confianza de decenas de miles de personas que, por una vez, creímos en la posibilidad de la unión inquebrantable de intereses comunes. Pero Murcia es un país de caciques, de vendedores de sueños y compradores de voluntades.

Seguimos cabalgando con CC.OO, UGT, STERM y,deseamoss, SIDI y SAE. Esperamos que no nos descabalguen en mitad de la batalla con nuevos pactos traicioneros. Recordando a Rodrigo Díaz de Vivar decimos:

¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen señor!

jueves, 10 de febrero de 2011

Del "Manifiesto Haragán"

"Si por lo menos tuviésemos un poco de sentido del humor y no nos hubiese abandonado el duende de la risa, nos echaríamos a reír a carcajada limpia ante lo que nos quieren imponer como estética, como estilo, como cultura, como diseño, como política; nos echaríamos a reír muy fuerte, y tras ese hartazgo de risa profunda miraríamos de nuevo lo que nos ofrecen, y volveríamos a reír más todavía"

Jesús Ferrero

miércoles, 2 de febrero de 2011

Quizá seamos libres...

Quizá seamos libres, o pensamos que lo somos, buscando las voces profundas que han edificado con su ignorancia el mayor monumento a la chapuza. Eso ha sido el Tijeretazo, una chapuza elaborada por personas iletradas en materia de derechos laborales, una suma de despropósitos que hace inaplicable una ley muerta desde su nacimiento. Los focos apuntan hacia el edificio de la antigua Diputación Provincial, con sus fantasmas encadenados paseando con flamantes camisas azules por los pasillos, entre cuadros de diversa factura y calidad. También nos recuerda el mundo de las limusinas, de las calles de Nueva York, acaso también la Factoría, y Andy Warhol sonriendo mientras que viaja entre las nubes y los billetes de cien dólares. Pero sobre todo nos recuerda la inmoralidad que anega las tierras bajas de la política, cenagales y marismas, cuando la mayoría absoluta es lo habitual y no lo excepcional. Aquí están ellos todavía sonrientes e insolentes, ellos que han arruinado nuestra región con mundos paralelos enladrillados, con tortugas moras quemadas o con pelotas de golf adheridas a sus caparazones. Gentes que descienden de los caciques de cada pueblo y ciudad, amos antiguos de nuestros bienes y de nuestras vidas.
El día 10 de febrero se ha convocado otra manifestación. Todo depende de las negociaciones, es decir, de la capacidad de los gobernantes de rectificar su ruta hacia la nada, de derogar una ley delirante que se desarrolla mediante instrucciones sin anagramas, firmas o fechas. Los políticos no saben como interpretar lo que han plasmado en papel, los técnicos tampoco. La Exposición de Motivos merecería un monumento a la estulticia y a la mala fe, el articulado una cerilla que prendiera en su vacío conceptual. Pero la luna está allí arriba y nosotros la observamos sabiendo que nunca la alcanzaremos. Los inútiles que nos gobiernan se encargaran de impedir que rocemos con los dedos sus ojos de miel y esperanza.
Acaso alguna vez nos liberemos del caciquismo y de sus actores, los caciques, pero parece que esos tiempos todavía están lejos y que los murcianos seguimos creyendo en el cuento de la lechera y de la Paramount; también, aunque estamos abriendo los ojos, confundimos los viejos e inadecuados colegios e institutos con palacios de libertad y educación en valores democráticos y solidarios. Nuestros centros se caen a pedazos, de eso se han encargados los gestores políticos, mientras los colegios concertados florecen merced al dinero de todos y a esa especie de impuesto revolucionario que se cobra mensualmente a los padres y que se encubre como donativo.
Sin embargo, los sueños son libres y parece que en estos primeros días de 2011, muchos murcianos, y murcianas, nos hemos embarcado en una nube de ilusión que navega en los mares de la responsabilidad y del compromiso con la sociedad. A esto le llamamos lucha, y empatía, y ganas de vivir y de componer poemas al estilo de Celaya, Blas de Otero, Hierro o Goytisolo. Por desgracia, somos "unos hombres sin más destino que apuntalar las ruinas” (Blas de Otero), y lo sabemos, y lo percibimos cuando miramos en derredor y solo vemos incomprensión, mentira, maledicencia. Pero respiremos un poco: de ello son culpables nuestros gobernantes, fundamentalmente su incompetencia e incapacidad para comprender.
Nuestro apoyo al IES Los Cantos ante el ataque de FEREMUR, una autodenominada asociación de estudiantes murcianos con ánimo de lucro al servicio del poder, como muchas de las que medran indolentes en los campos del Señor Valcárcel.

martes, 25 de enero de 2011

Tocamos las estrellas con los dedos




Cuenta García Oliver que vencida la sublevación fascista en la Barcelona de julio de 1936, Lluís Companys, presidente de la Generalitat Catalana, dirigiéndose a los sindicatos triunfantes dijo: “habéis vencido y todo está en vuestro poder. Si no me necesitáis o no me queréis como presidente de Cataluña, decídmelo ahora, que yo pasaré a ser un soldado más en la lucha contra el fascismo. Si, por el contrario, creéis que en este puesto, que sólo muerto hubiese dejado ante el fascismo triunfante, puedo, con los hombres de mi partido, mi nombre y mi prestigio, ser útil en esta lucha, que si bien termina hoy en la ciudad no sabemos cuándo y cómo terminará en el resto de España, podéis contar conmigo y con mi lealtad de hombre y de político que está convencido de que hoy muere todo un pasado de bochorno…”
Guardando las distancias, y los momentos históricos tan diferentes, algo de las palabras de Companys podemos aplicar a esta fría y húmeda noche de enero, en la que más de 80.000 personas hemos demostrado que el poder es nuestro, que los tiempos son nuestros y que la fortaleza demostrada es inquebrantable e invencible si sabemos mantenerla unida baja la luz de decenas de miles de luces que son, en definitiva, nuestros corazones de hombres y mujeres libres.
Los sindicatos pueden ofrecernos su nombre, su prestigio, o al menos recuperarlo,  y su lealtad pero nosotros y nosotras somos los dueños del futuro y ellos están para desbrozar el camino que nos conduzca a la derogación de la  funesta Ley 5/2010, el Tijeretazo. Hay que mantener el poder conquistado en la calle, estar vigilantes ante las vacilaciones de nuestros representantes sindicales, mantener la presión pacífica pero firme sobre el gobierno regional, demostrar que somos perseverantes en nuestros objetivos, no vacilar, tampoco ceder ante el chantaje, la calumnia y la mentira tan hábilmente manejadas por los políticos.
El poder pertenece a la gente, y esta noche hemos manifestado la voluntad de retenerlo en nuestras manos con la impresionante, histórica es la palabra, manifestación que he recorrido las calles de la ciudad enfundada en el traje de la Vía Láctea. Demostremos que sabemos gestionarla colectivamente, que nuestra dignidad, grupal e individual, exige a los sindicatos que no cedan un ápice en el objetivo perseguido, que nos es otro que la derogación del Tijeretazo o, en su caso, su muerte por inanición.
Exijamos a nuestros representantes sindicales que sean nuestra voz coral en las negociaciones, meros transmisores de la voluntad de enterrar definitivamente una ley infausta, con la partitura de la Marcha Fúnebre de Mozart como hoja de ruta de todas las organizaciones sindicales.
Creo que hoy nos hemos hecho adultos, o hemos recuperado la memoria perdida, pero ahora sabemos el poder que otorga la unidad de decenas de miles de personas señalando con el silencio a los culpables del mayor retroceso en derechos laborales desde, al menos, los años cuarenta del siglo pasado.

Los sindicatos lo tienen fácil, sólo les queda echar tierra en el nicho del Tijeretazo. Nosotras y nosotros hemos bajado el ataúd y lo hemos orlada con miles de velas, que nuestros representantes sean los sepultureros, para algo les votamos.


Ramón Luis Manostijeras

Parece que el personaje Ramón Luis Manostijeras molesta a algunos políticos, que han prohibido la colocación de carteles de sátira política. En esta región de políticos pueblerinos y cortos de miras, una tradición, la sátira política, con muchos siglos de tradición parece condenada a la persecución por parte de secretarios generales de consejerías, por ejemplo la de Política Social, que no saben diferenciar espacio público y espacio privado, libertad y coacción caciquil. Y es que, o no se han leído la Constitución o se creen intocables, amos y señores de esta tierra. Reproducimos sátiras de varios políticos que pululan por la Nube.











domingo, 23 de enero de 2011

El 25 de enero nos volvemos a manifestar


En la última semana han ocurrido muchas cosas. Algunas horribles, otras cómicas o tragicómicas. En su aspecto político, ni unas ni otras nos interesan; allá ellos y sus actos. En lo humano, pensamos que la ley y su imperio fueron diseñados para proteger tanto al fuerte como al débil; no para utilizarla en la contienda política, como ha ocurrido en estos siete días de enero. Se sabe, la historia puede corroborarlo, que en este caso los débiles siempre pierden, son marionetas zarandeadas por el espectral viento del poder y sus intereses. Para evitarlo en el Siglo XX se entretejió una malla protectora que defendía a la gente de la ley de la selva: se la llamó sanidad pública, educación pública, jubilación retribuida, protección económica de las personas expulsadas del mercado laboral… ya casi no nos acordamos de para que sirven las cosas; el lenguaje ha sido pervertido y a la seguridad laboral, por ejemplo, se la llama privilegio. Parece que el objetivo es que todos los trabajadores- los empleados públicos los primeros- nos pongamos en fila india y negociemos individualmente con el patrón nuestras condiciones laborales. Todos sabemos lo que eso significa. Alguno se reirá y exclamará: ¡comunismo chino!.

Si hay algo que nos puede aliviar de esta semana trágica, de criminalización de decenas de miles de personas, es la fortaleza que mantenemos, todos arropados detrás del lema “DIGNIDAD Y RESISTENCIA”.No somos culpables de nada, menos aún de posibles expolios y derroches injustificables de la riqueza que, no podemos olvidarlo, es colectiva, no de unos pocos políticos que han creído que la ostentación continuada del poder, y la soberbia que brota de las mayorías absolutas, les da licencia para cualquier abuso. La legitimidad deviene de las urnas pero también de la ética y de la honestidad del que la recibe. Sin embargo, esta última semana ética y honestidad no han brillado en los cielos murcianos, tampoco en las páginas de los periódicos o en las televisiones, públicas o privadas. La persecución salvaje de un muchacho de 25 años así lo atestigua.

Terminando la semana, nos llega la noticia-broma de que el personaje Ramón Luis Manostijeras puede vulnerar, en escrito del señor Secretario General de la Consejería de Política Social, Mujer e Inmigración, derechos fundamentales constitucionalmente protegidos. Molesta la libertad de expresión, incomoda la defensa legítima de los derechos laborales de decenas de miles de ciudadanos pero, sobre todo, les indigna el espejo social –todos nosotros- en el que se refleja su fracaso sin paliativos, un coro colectivo de voces gritando al unísono que nos devuelvan nuestros derechos laborales robados, que deroguen inmediatamente una ley vergonzosa, con una Exposición de Motivos que irradia a toda la sociedad el convencimiento de que se ha perpetrado la mayor cobardía política conocida en nuestra región.

Somos gente libre y, por tanto, civilizada. No obstante, la semana vivida nos hace dudar de que la clase política que padecemos participe de nuestra civilización. Parece todo lo contrario: un retorno al sectarismo y a la caracterización que hace Carl Schmitt del “otro” como enemigo; a nosotros, hasta hace poco empleados públicos ejemplares de la educación, de la sanidad, de los servicios sociales y de los servicios administrativos, se nos ha despreciado y se ha insultado nuestra inteligencia afirmando que estábamos siendo manipulados. Pero el mayor insulto es pensar que con tan poco bagaje expositivo nos íbamos a creer cuentos chinos que harían sonreír a cualquier fabulista de tres por cuarto.

El próximo martes, 25 de enero, vamos a iluminar la ciudad de Murcia con decenas de miles de velas. Debe ser la mayor manifestación desde que comenzó nuestra lucha. No podemos olvidar nuestros compromisos con la sociedad y con nosotros mismos. Tampoco debemos echar en el olvido los agravios sufridos. Tenemos la victoria en la punta de los dedos, rozando sus bordes de azúcar y sueños. Debemos empujar hacia adelante el carro de la historia y afirmar nuestros principios bajo la luz de la luna de enero.
Murcia es una tierra que siempre maltrató a sus gentes. No permitamos que vuelva a ocurrir y que no nos ocurra como a Ramón Gaya “al que le han hecho pagar todas sus tristezas con silencios” (Max Aub).

DIGNIDAD Y RESISTENCIA

TODAS Y TODOS A LA MANIFESTACIÓN DEL 25 DE ENERO

TODAS Y TODOS DE LUTO, CON VELAS, EN SILENCIO…

jueves, 20 de enero de 2011

Baños y Mendigo


Hace años la carretera de Cartagena pasaba por Baños y Mendigo, entre eucaliptos y cuestas semidesnudas. Por allí anduvo García Montalvo, los perfiles agotados de la brisa marina, los merenderos y la primera pepsi que bebí en la adolescencia. También, frisando el año setenta del Siglo XX, trabajó por aquellos lares un camarero negro, posiblemente llegado de la abandonada (de mala manera como fue costumbre en la política colonial española de la última centuria) Guinea Ecuatorial, que atrajo la atención y la presencia de numerosas familias llegadas de la cercana urbe capitalina. En una ciudad provinciana, alejada de la efervescencia cultural de Barcelona o Madrid, también de la apertura cultural de un Alicante volcado al turismo internacional, aquella presencia exótica fue un acontecimiento que rompía con el lánguido transcurso de los días, meses y años de una sociedad tranquila, ordenada, con cada persona, familia y clase social en su lugar.
Poco han cambiado las cosas en cuarenta años, aunque las ciudades crezcan, se repongan cada poco tiempo las aceras y los centros comerciales proliferen como los hongos en las umbrías de los bosques húmedos. Sabemos, sin embargo, que el llanto desconsolado, sin recato, simboliza la inocencia del espíritu, también de los actos mundanos, que los juegos de la juventud (la busqueda de la igualdad, de la felicidad, la despreocupación y, por qué no, la creencia en la bondad del Hombre) pasan desapercibidos hasta que la Política con mayúscula, la razón de Estado, se cruza en tu camino y te destroza la vida.
Hemos aprendido pocas cosas en 35 años de convivencia democrática. Las pinceladas que esbozó Miguel Espinosa en La Fea Burguesía perfilan el imafronte de la catedral y se expanden en colores ocres por los rincones de la Murcia antigua. Es nuestro pecado, vivir en un paisaje en el que el tiempo es cíclico y los errores, repetidos y obscenos.
Cuando vuelva a cruzar el Puerto de la Cadena, me detendré en Baños y Mendigo, para recordar el suelo de chinarro de La Venta de la Virgen, el sabor de la primera pepsi y aquellos días de adolescencia, en los que fui idealista, creí en la igualdad y en el amor, y en los que, afortunadamente para mí y para mi familia, la política con mayúscula no se cruzó en mi camino, y la razón de Estado no destrozó mi vida.
Va por tí.